miércoles, 18 de enero de 2012

La banca vacía

Entonces miro atrás y sólo veo una banca vacía.
Volteó la cabeza tratando de recordar cada detalle de tu rostro.
Entonces miro atrás y sólo veo una banca vacía.
Mi mente es olvidadiza, a capricho prefiere ignorar tu partida.
Entonces miro atrás y sólo veo una banca vacía.

En mi libreta observó una página en blanco.
Entonces miro atrás y sólo veo una banca vacía.
Mi mente divaga en un espacio infinito.
Entonces miró atrás y sólo veo una banca vacía.

Mi cabeza se recuesta en la mesa para pensar.
Con la esperanza de encontrarte
mi cabeza voltea hacia atrás
y sólo veo una banca vacía.
Las lágrimas recorren mis mejillas,
entonces miró atrás y sólo veo una maldita banca vacía.

Todos me recargan sus miradas llenas de lástima,
entonces volteó y sigue estando esa maldita banca vacía.
Me levantó hacia ella, y la aviento con desdén.
"¡Sigue estando vacía, ya nunca volverá él!"

De repente abro mis ojos, y veo los tuyos cerrados,
miro como me haz abandonado,

de mi vida el corazón te has llevado,
con la tierra que cubre tu cuerpo.
Entonces contemplo tu sepulcro lleno,
más en mi mente solo hay espacio
para una fría banca que vacía se ha quedado.

viernes, 13 de enero de 2012

Sueño de una poetisa frustrada

Suarí pensó que haría ahora que tenía tanto tiempo libre, después
de que su enfermedad la redujera a la esclavitud de la cama.
Entonces de repente sintió de nuevo un impetú que llenaba su ser
sintió de nuevo arder en ella, un fuego que creía extinto. Tras años de una devastadora guerra, su espíritu
había decaído, pues tuvo que dejar de hacer aquello que ella tanto amaba escribir.
Pero ahora la llama que se encendía en su corazón, guíaba sus actos: tomó su laptop, la encendión
y comenzó a escribir, y con cada palabra sentía como una fresca brisa soplar en su cara, así que respiró profundamente y soltó un gran suspiro en el que todas sus tristezas se iban, y se fueron alejando hasta salir por la puerta. Toda la tristeza  y el dolor, se iba.  Así que continuaba dibujando sonidos, con sus manos colocadas en el teclado.
Así que continúo escribiendo las letras las formaba en palabras, las palabras se convertían en oraciones, y las oraciones se convertían en estrofas. Todo lo que su cuerpo estaba herido, sanaba ahora su alma gracias a las palabras, todo gracias a la última poesía.