Me dices que ya te vas, y yo me quedo callada.
¿Qué se supone que debo decirte?
¿Quieres que te diga que te detengas?
¿Quieres que te cuente que si te marchas
te vas con más de lo que traías cuando llegaste?
¿Quieres saber qué es lo que te llevas?
¿Quieres que admita que te llevas mis ilusiones, mis anhelos y mi más grande sueño?
¿Quieres que hable de mi esperanza muerta con tu partida?
¿Quieres que abra mi corazón y que te diga la verdad?
Pero eso no la haré,
no lo haré porque tengo miedo,
no lo haré porque no quiero mirarte a los ojos mientras te lo digo
no lo haré porque temo tu reacción de desprecio.
Pero sobre todo, no te diré nada de esto porque
si tu quieres irte, debes hacerlo, ese es tu sueño
y yo no haré nada para retenerte en el mío.
Así que mi respuesta sincera es:
Te deseo que te vaya bien.
Si algún día te volviera a ver
espero que nuestro encuentro
ya no sea pasajero.
Deseo que la próxima vez
tenga las agallas de admitir
que tal vez me enamoré de ti.
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