miércoles, 11 de diciembre de 2013

Capítulo 4. La antítesis de crear . Manuel de pensamiento creativo

Agnes seguía pensando, con todo y conocer la razón del ser, al parecer no era suficiente. Para Agnes lograr escribir una buena historia representaba una dura batalla en su contra, no sólo debía derrotar al Señor de la Literatura, dentro de su propio cabeza tenía un enemigo fuerte.

Ese terrible enemigo que habitaba en su cabeza cobraba fuerza por cada minuto en que no lograba desarrollar la historia. Ese enemigo era la mismísima antìtesis de la esperanza, la verdad es que no conozco el verdadero nombre de ese terrible villano, pero Agnes solía llamarlo Senga.

Senga no era un ser digno de alguna admiración, era despreciable, una sombra que pretendía apagar toda luz. Si la luz era la creatividad, Senga la abatía. En cada batalla del pensamiento creativo se hacía presente. Su arma mortal era la palabra, su propósito era matar cualquier idea con potencial. Para Senga lograr una victoria consistía en ver a Agnes desistir.

Para desgracia de Agnes, Senga era inmortal, no podría ser asesinado, aunque sí derrotado. En ocasiones Agnes lo abatìa ignorando por completo sus palabras; pero algunas veces, sobre todo cuando se estancaba, comenzaba a escuchar y cada uno de sus golpes lastimaba sus heridas y mataba las buenas heridas. Sì Agnes no se defendía de sus ataques destrozaba las palabras.

La desesperaciòn de Agnes sólo fortalecía a Senga.

Si todo historia tiene un villano o antagonista, en nuestra historia Senga era ese personaje. Tal vez antes no se había dejado notar, la razón por la que no había sido descrito este despiadado ser era que a pesar de que en cada batalla se encontraba, por lo general vestía un camuflaje, sus ataques eran sutiles pero efectivos. Sin embargo actualmente su poder era tan grande que Agnes no podía evitar darse cuenta de que hay se encontraba. El futuro no era alentador, Agnes intentaba escribir algo, y de inmediato era borrado por Senga.

Senga, no sólo era el mayor nemésis de Agnes, sino que era su gemelo. Senga era una versión idéntica a Agnes pero contrario, si Agnes pensaba en el color blanco Senga derramaba negro.

¿Ahora que conocìa la verdadera naturaleza de Senga que podría hacer Agnes? Lo último que podría hacer era rendirse, sin embargo, el tiempo de escribir la historia se estaba agotando.

El bando contrario compartía el mismo objetivo, hacer fracasar a Agnes en su búsqueda de la receta perfecta, quedaba bastante claro que el Señor de la Literatura y Senga se habían aliado. Para enfrentarlos Agnes sólo contaba con su pluma mágica y la libreta del poder.



CONTINUARÁ...



martes, 10 de diciembre de 2013

¿Porqué Manuel?. Capítulo 3 de Manuel de Pensamiento Creativo

Antes de continuar, quisiera hablarles un poco de Agnes. Ya lo sé, siempre hablamos de Agnes, el asunto es que es la protagonista de nuestra historia. Por eso en este capítulo no les contaré otra de sus aventuras (actualmente sigue trabada con la receta del cuento) sino que les contaré como es que surge "Manuel de Pensamiento Creativo".

Resulta que fue producto de la espontaneidad del momento.

FIN

CONTINUARÁ....


Ahora hablaré en serio. Resulta que "Manuel de Pensamiento Creativo" fue producto de la espontaneidad del momento. Hablo en serio, no les estoy tomando el pelo. Esta obra no fue, aparentemente, producto de horas de reflexión, no fue una idea buscada ni solicitada, de repente sin pensarlo apareció ¡Puf! Lo que me lleva a la pregunta: ¿De verdad Agnes y el presente Manuel sólo fueron producto de la generación espontánea? Muchas teorías han refutado por completo la Teoría de la Generación Espontánea, dicha teoría (según recuerdo mis clases de biología) dice que los seres vivos aparecen de repente, siendo producto de la generación espontánea, asunto que Pasteur refutó, resulta que de donde no hay vida no se genera más vida o algo así. La pregunta es en el universo no existente del pensamiento creativo ¿Surgen cosas de la nada? o ¿Podríamos aplicar el mismo principio? Tal vez entender el origen de Agnes, sea la clave para conocer la respuesta a esa pregunta.

Resulta que el Alter ego de Agnes (es decir yo) tenía un momento de ocio (significa que estaba echando la flojera) ese momento de "ocio" fue clave para que empezara a hacer algo. Eso hice, comencé a hacer algo, ¿qué hice? pues comencé a pensar. Mientras pensaba, Agnes se dio cuenta de que tenía un asunto pendiente, una tarea que era muy importante, tenía que encontrar un nombre, al darse cuenta de que su pensamiento no la llevaba a nada pues se estampó con un muro, y ya conocen la historia de lo que pasó después. El punto es que Agnes no sabía lo que escribiría, pensó en garabatear un poco, jamás imaginó que sus manos de repente cobrarían vida propia y empezarían a escribir, fue raro, Agnes no pensaba lo que hacía sólo escribía, no escribía como si en ese momento inventara algo, lo escribía como si fuera algo que ya existía, no hubo una planeación sólo el deseo de hacer algo con su tiempo de ocio.

¿Existe algún lugar donde ya están escritas todas las historias que quedan por contar en toda la historia de la humanidad? ¿Será que el pensamiento creativo sólo consiste en viajar a ese lugar? Si fuera así no existirían los actos espontáneos. No, sinceramente ya no creo que sea así, pero tampoco creo que este Manuel haya surgido de la nada, de la Nada nada sale. Todo tiene un antecedente. Resulta que estos escritos no son meros productos del Universo no existente de la imaginación del autor. En la creación de cada obra que ha sido escrita, dibujada o creada, hay antecedentes, hay ideas preconcebidas. Todo lo que hemos leído, lo que hemos vivido, visto y oído, forma parte de nuestro pensamiento, todas nuestras experiencias son recursos, materia prima para echar a andar el pensamiento creativo, por eso entre más conocemos más podemos crear. El conocimiento es la llave que nos permite crear. Resulta que nuestra forma de pensar se asemeja al mismo orden de la naturaleza, en el cual todo tiene un origen. Durante siglos la tierra fue plana, luego redonda y el centro, después un planeta, después resultó que estaba en un sistema, luego en una galaxia, en fin, así es como evoluciona el pensamiento.

Hubo muchas otras historias, poemas y creaciones antes de que existiera este Manuel, todos ellos estuvieron involucrados. Al igual que miles de personas están involucradas en nuestra existencia, tenemos ADN que data desde el principio del hombre. Tuvimos 2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos, 32 tataratatara...etc. hasta DIOS (el origen de todo). Todos ellos están involucrados en el nacimiento de Agnes.

Creo que con lo anterior queda un poco claro el origen de Agnes y su Manuel (aunque esta vez si que me volé y me fui hasta el origen del origen). Sólo queda una interrogante ¿Porqué Manuel? pudo haber sido Rodrigo, Aaron, Luis, pero no fue Manuel. La respuesta es sencilla, resulta que Agnes escribía una y otra vez de forma consciente MANUAL, y el resultado era que en el papel aparecía escrito MANUEL, las primeras veces lo corrigió, una y otra vez, pero siempre al intentar escribir Manuel (perdón me equivoqué quise intentar escribir manuel, otra vez lo siento, ahora sí MANUAL, al fin salió, volveré a escribir a esta oración), pero siempre al intentar escribir Manual (lo logré) quedaba como Manuel, después de tantos aparentes errores se dio cuenta de que era el destino, y no su atrabancada técnica de mecanografía, que le indicaban que el nombre debía ser Manuel y no Manual ni Pedro (Pedro de pensamiento creativo, la neta no se escucha bien).

Esta serie de capítulos se ha convertido en la descripción, al pie de la letra, del pensamiento de Agnes, esta es una obra que implica describir como se intenta llegar a una idea, como se intenta crear algo, claro que se trata de escribir sobre lo que Agnes va viviendo, va necesitando. Nada, en cuanto a ese proceso de pensar, se omite todo queda plasmado tal cual va acudiendo a la mente de Agnes, como un ejercicio en el que el  inconsciente se expresa; eso que se llama libre asociación. Por eso es que continuo escribiendo, continuo escribiendo en orden cronológica, según van sucediendo los hechos.

¿Cuál será el final de esta serie de capítulos?

CONTINUARÁ




lunes, 2 de diciembre de 2013

Pasteles de dragones y princesas. (capítulo 2 de Manuel de Pensamiento Creativo)

" ... Entonces la bruja, al ver revelada su identidad por Luci la maldijo:
  - Pagarás por tu osadía, a partir de ahora la desdicha caerá sobre ti"

- No puede ser otro cuento cliché.
Se dijo Agnes así misma. De nueva cuenta había declarado la guerra, y esta vez era en contra de alguien peor. Apenas se había recuperado de la batalla anterior, resulta que logró vencer al Señor del Branding, pero no fue la hazaña heroica que había deseado. Sus tropas no lograron desfilar triunfantes por las calles de ciudad Cerebro. Resulta que para un general no hay nada peor que ver a un ejército aliado ganar la que era su batalla, y eso fue lo que sucedió. Simplemente al buscar más ideas con sus colegas militares el general Charles (su padre, literal y no metafóricamente) era quien había disparado la palabra mágica que fuera el tiro de gracia en contra del señor del Branding.

Sí ganaron la guerra, pero para el orgullo de Agnes no haber sido ella sino otra persona quien derrotara al enemigo representaba una gran deshonra.

Pues ahora con tan pocas semanas de paz en su cabeza, de nueva cuenta había tenido que reunir a sus ordas. Esta vez el enemigo era diferente, esta vez la batalla era contra alguien todavía más despiadado y cruel. Esta vez la batalla del pensamiento creativo debía librarse contra " EL SEÑOR DE LA LITERATURA" así es. El amo y señor de toda trama, argumento, personajes, ambientes y diálogos que son requeridos para crear una única y GENIAL NARRACIÓN FICTICIA.

Esta batalla era diferente a la que se da en campo abierto con cañones y armas. Esta batalla era más como un concurso de repostería fina, porque a diferencia de la batalla librada por encontrar el nombre para una marca. Aquí se debía entregar productos un tanto elaborados, o ya medio preparados. No bastaba mostrarles ingredientes, para lograr ganar esta terrible "guerra de pasteles", había que darle una rebanada (es decir, resumen) de  deliciosas palabras decoradas con un buen título.

Era terrible y angustiante, además altamente empalagoso  porque una y otra vez había que probar ideas que resultaban demasiado dulces, demasiado secas, crudas o quemadas. Era una exhaustiva búsqueda de ingredientes perfectos, si echabas mucho villano se salaba la historia, si le añadías poco argumento el postre  quedaba insípido. Debías encontrar una mezcla perfecta de ingredientes con cantidades exactas, pues lo único que podría derrotar al SEÑOR DE LA LITERATURA; era un pastel narrativo exquisito, pues al deleitarse con esa única joya de la repostería el sabor lo dejaría sin argumentos y por lo tanto sería el fin de su trama.

A diferencia de la batalla masoquista que se había librado anteriormente en nuestra cabeza, y aunque a Agnes le gustara mucho escribir e inventar nuevas recetas, particularmente a mí  me agobiaba, no quería terminar en otro GRAN CLICHÉ de la literatura: Pastel de Chocolate. Sí parecía que había sabores que eran demasiados recurrentes y usados en la historia de la gastronomía retórica, francamente quería usar argumentos más exóticos, más extravagantes, como el tipo de ingredientes que se toman en países del medio oriente, aunque pensándolo bien tal vez el curry sea un cliché en un India, pero de este lado del mundo parezca una sensación culinaria, aunque no sé si me gustaría mucho probar un pastel de curry.

La originalidad era un componente esencial para vencer al enemigo. Aunque para redactar un pastel requieras de conocimientos previos de Repostería lingüística (esto sí tiene lógica, después de todo no usas la lengua para saborear un pastel) aun así la receta debe ser diferente, cuando des a probar al señor de la Literatura el cuento ya terminado no deberá decirte algo como:
- Esta muy rico sabe a La Cenicienta , o le pusiste un poco de Maléfica verdad?-
Eso no debe suceder, sería una nueva derrota, y tendrías que volver a empezar. Cosa que ya le había sucedido a Agnes, resulta que le dió a probar un poco de cliché de cuento. Agnes debía lograr hornear un sabor de pastel único, que no tuviera comparación, que fuera nuevo y diferente a todo lo que ya existe, que fuera inspirador. Además cada ingrediente, cada personaje debía motivarte a ser algo mejor; los cuentos son el tipo de pastel que te inspira a alcanzar la perfección.

A pesar de todos los peros y dificultades, Agnes tenía un as bajo la manga (o en este caso bajo el mandil). Su técnica de preparación sería diferente, no haría lo que habitualmente suele hacerse: Junte los ingredientes y bátalos en un tazón. No, esta vez antes de cernir la harina de palabras y revolver con el polvo para escribir, prepararía una miel especial con la que endulzaría el paster, esta miel sería: el propósito de la historia. Antes de saber a quién le pasaría qué, sabría el porqué al quien le pasaría qué para que escribiera eso. En palabras más claras y en menos trabalenguas, antes de desarrollar la receta de la historia, desarrollaría la razón de la existencia. Con la mínima experiencia que había juntado al enfrentarse a otros señores, había aprendido que todo ente existente en el universo no existente de la  mente del autor (me refiero al chef) debía tener una  razón de ser, lo que digo es  que su existencia en su propio universo literario debía tener sentido, debía poseer una misión, un para qué, un motivo por el cual toda la historia, todo el desarrollo y el destino de la obra (es decir el pastel) llegara a un resultado específico, llegara a cumplir el propósito de su existencia en la no existencia del universo imaginario de la cocina retórica.

Aunado a la razón del ser, Agnes, en esta ocasión utilizaría un elemento sorpresivo que ni el mismo SEÑOR DE LA LITERATURA podría esperar, contaría su propia historia en una alegoría gastronómica para que su enemigo no averiguara que es de ella de quien se trata. (Podría decirse en términos figurativos y utilizando el mismo código connotativo del presente escrito, que le pondría de su sangre como ingrediente principal para la receta de su cuento [suena asqueroso pero es básicamente lo que va a suceder]).

¿Podrá Agnes encontrar una alegoría suficientemente buena para cubrir el sabor de su sangre en el pastel?
¿Podrá Agnes encontrar una metáfora que no tenga que ver con comida o la guerra?
¿Podrá encontrar Agnes el sentido de la existencia de su propio ser en la no existencia del universo imaginario de su mente?
¿Le quedará rico el pastel a Agnes?

Averígüelo en el próximo capítulo de "Manuel del pensamiento creativo"


CONTINUARÁ...




viernes, 8 de noviembre de 2013

Batalla por un nombre. Capítulo 1 de la serie "Manuel de pensamiento creativo"

De repente Agnes se estampó con un muro.
Antes de que esto sucediera pensaba. Estaba sentada en el escritorio un tanto hastiada, volteaba a ver el teléfono y éste permanecía inmóvil, inerte, simplemente no sonaba. Viendo Agnes la carencia de cosas por hacer en la oficina un viernes por la mañana, decidió dedicarle tiempo a otra tarea: Pensar.

Así es, pensar. Pero no cualquier cosa, en ese justo momento requería un pensamiento más fuerte, el tipo de pensamiento que te extrae mayor energía, que necesita una mayor sinapsis de las neuronas, el pensamiento creativo. Ash! esa palabra, implica generar no sólo algo genial, sino justo a la medida de tus necesidades.

¿Qué necesitaba? Un nombre, un nombre para una revista. Cuántas veces había tenido que emprender esa angustiante batalla, esas interminables horas en las que dices mil nombres, investigas mil técnicas, traduces mil palabras, para encontrar una única sucesión de letras que parecen sonar adecuadas. Es una cuestión muy complicada que requiere de las mayor precisión, para cualquier marca necesitas encontrar algo IMPACTANTE, INSPIRADOR Y CHIQUITO.  

A pesar de lo abrumador que podría resultar esa exhaustiva búsqueda, a Agnes le encantaba, y cuando digo que le encantaba digo que lo disfrutaba como una especie de placer masoquista. La parecía que era una encarnizada lucha y al mismo tiempo un concurso, como caras y gestos en el que tienes que adivinar una palabra. Parecía que existía un amo y señor del branding (término arrogante, por no decir mamey,  para referirse al asunto ese de las marcas, brand es marca en inglés) que rechazaba cada palabra, como si él ya conociera la respuesta correcta, como si el condenado se rehusara a decírtelo y disfrutara tu sufrimiento, esa horrible y al mismo tiempo deliciosa sensación de que tienes una palabra en la puntita de la lengua y estando tan cerca de tu paladar aún así no llega a tu cerebro para rebotar de tus cuerdas vocales y salir con una hermosa melodía celestial que llega a tus oídos y te indica que es la palabra correcta.

Claro es placentera la búsqueda, pero algo todavía más maravilloso, algo que traducido a la cocina sería el manjar de los dioses, la cereza del pastel, la degustación de un platillo gourmet, es el cuando logras saborear en tu boca la palabra correcta. Saber que es perfecta y que puedes volver a degustarla cuantas veces quieras. Eso es precisamente y sin más preámbulo lo que buscaba Agnes.

Tras horas sentada frente a una hoja en blanco y la computadora con diccionarios digitales y el google traductor. De repente se estampó con un muro. Y no hablo de un muro físico, qué pensaron que la silla se había movido involuntariamente en contra de la pared blanca de la oficina, pues no eso no sucedió. Lo que pasó es que llegó a ese punto de la batalla en la que ya se te acabaron las municiones, tus cañones ya no estan cargados de palabras, y el refuerzo de municiones de ideas se ve bastante lejos del frente de batalla, es ahí cuando sacas una bandera blanca y pides al señor del branding que te de un respiro, que quieres descansar, necesitas desconectarte por que tu muy extensa corteza cerebral ya no da para más. En ese momento retiras tus tropas sabiendo que volverás.

Al momento de que Agnes se estampó contra el muro del bloqueo mental, lo primero que hice fue levantar su autoestima del suelo, lo siguiente fue que abrió su blog y se dispuso a escribir acerca de lo angustiante que es buscar el nombre perfecto para una nueva marca. Así es, yo soy Agnes y en este punto de la presenta disertación literaria, llego al presente de la historia, lo cual representa el final porque hasta éste punto de la historia poseo información de los hechos, no soy clarividente así que no se si Agnes, es decir yo, lograremos encontrar la palabra que buscamos. ..........mmm.........................mmm.......................mmm.................No, aún nada. Ni con toda esta actividad alternativa para derribar el bloqueo mental le hecho siquiera un rasguño al muro. 
En fin esta historia continuará en otro capítulo ¿Podrá Agnes derribar el muro, regresar al frente de batalla y derrotar al Señor del Branding? o simplemente se rendirá y pondrá la idea que vagamente, y de forma aplastante para nuestra autoestima, se acerque a una palabra mas o menos coherente.

TO BE CONTINUED...
CONTINUARÁ...






lunes, 21 de octubre de 2013

A través de la luna

Que porqué miro la luna.
Yo  miro la luna con detenimiento porque es hermosa, me da una extraña sensación de paz.
De alguna manera me hipnotiza, me hace olvidar, me transporta. 
Pero hay una razón más fuerte e importante por la que la observo.
Esa razón no tiene nombre, ni rostro, ni siquiera tiene voz.
Pero sí tiene ojos. 

La razón por la que veo la luna es porque tengo la esperanza, porque sé que mientras
yo miro la luna su luz se refleja en sus ojos. Sí, cuando una persona mira la luna puedes ver en su pupila
el reflejo de la luna, y del mismo modo tus ojos se reflejan en la luna.

Miro la luna porque es mi forma de verlo. Yo sé que él, quien quiera que sea, mira la luna, o por lo menos
la ha visto alguna vez, y es así como nos hablamos, es así como nos miramos. 
No sé si el piensa en mí, pero si mira la luna piensa en la luna, y si yo miro la luna pienso en él.
Por lo tanto nuestro pensamiento se une. Y es en ese instante, en el instante en que me doy cuenta que sus ojos se reflejan en la luna y la luna se refleja en mis ojos, en ese momento le digo mis secretos. Y él sin saberlo se los lleva consigo, los guarda en silencio. 

Y algún día los dos estaremos juntos, frente a frente, ya no tendremos que mirarnos a través de la luna, porque a partir de ese día; la luna nos estará viendo.


martes, 1 de octubre de 2013

Pretérito imperfecto de subjuntivo


Si supiera que voy a morir, robaría un beso al que anticipadamente me robó un suspiro.
tomaría clases de baile con el hombre que guía mis pasos.
contemplaría esos ojos que antes evitaba mirar.
diría te amo antes de que mis palabras se ahogaran en el silencio sepulcral.
correría a abrazarte sin importar que el tiempo se pueda acabar
te cantaría los versos que en este poema escribí.
dejaría de tener miedo a perderte sabiendo que ya te perdí.


Si supiera que voy a morir, me quedaría a tu lado todo el tiempo,
Porque mi mayor anhelo es que en tus labios se quede mi último aliento.


Pero no lo sé.

viernes, 24 de mayo de 2013

La act-ora

No debo escribir la verdad.
Mis sentimientos están ocultos detrás de una nube metafórica.

Me gusta pensar que soy actriz. Por lo tanto actuó mis sentimientos.
Pero los actúo de tal forma que, trato que no parezcan míos, sino los de algún personaje
ficticio. 
Me divierte imaginar que estoy en otra realidad, en otras circunstancias, mientras me embarga una profunda emoción.
Por otro lado, no siempre soy la actriz, a veces soy la escritora. Tengo imaginación para ver historias que jamás serán ciertas. Esto va mucho más allá de soñar y fantasear, es mucho más que eso, imagino historias que se prolongan a varios capítulos. Sin embargo jamás mi cabeza ha llegado al final de eso..

Creo que  hay huecos en mi vida, huecos llenos de aire, llenos de falta algo, llenos de historias que no escribo, llenos de actuaciones que no vivo, llenos de sentimientos irreales. Tan llenos de no atreverse a vivir.

Por que pienso, tal vez imagino, escribo un poco, y en ocasiones actúo. Pero jamás vivo. Jamás estoy donde debería, o me meto en un personaje, o me pongo a ver una película en mi cabeza. Más he dejado atrás el papel más importante, ser la protagonista de la obra de mi vida.


jueves, 14 de febrero de 2013

Nada

De nueva cuenta me encuentro yo aquí, frente a la computadora. Entonces volteo a ver mi uñas mal pintadas y suelto un profundo suspiro. Espero. Observo el cursor de la pantalla, está parpadeando. Continuo escribiendo, escribo lo que sea,ni siquiera importa mucho que las palabras tengan sentido. Sólo escribo. Escribo para escuchar el sonido de las teclas. Para aparentar que hago algo importante. Para esperar que de mis dedos salga algo bueno. Algo que no este frío, porque aun cuando ya haya pasado el invierno, una  presencia helada se quedó instalada en mi corazón. No más inspiración. Ahora todas las palabras que escribo están secas, están tiesas, son sólo bits, sólo son energía digital que viaja por el ciberespacio. Pero aunque estén secas sigo escribiendo. Me entretengo dibujando sonidos. Escribo cosas sin sentido, porque ese es mi sentido, es el significado de mi propia existencia. Escribo simples palabras, frases sin alguna trascendencia, porque no estoy dispuesta a hablar de aquello que me molesta. 

El día de hoy no hay historias que contar. El día de hoy sólo hay palabras. Palabras que matan el tiempo. Sí, las palabras son una poderosa arma. Palabras absurdas y repetidas, que reflejan aburrimiento. Palabras absurdas y repetidas, que reflejan aburrimiento. Palabras absurdas y repetidas que reflejan aburrimiento. Una melodía insípida, incolora, insensible. Una gran nada. Esta palabra lo resume muy bien todo: NADA. 
El día de hoy siento una profunda y envolvente indiferencia. El día de hoy escribo sobre la ausencia de palabras. El día de hoy hablo sobre la falta de charla. 

El día de hoy escribo, porque no tengo nada importante que decir.

martes, 29 de enero de 2013

La espera, al que espera, desespera

Las cosas no siempre resultan como tú lo deseas. A veces llegan oportunidades sin que las estés buscando, y otras veces estás buscando y la respuesta no llega. Es como si la vida o el destino buscaran el momento adecuado para sorprenderte. Cuando menos lo esperas, por una mera casualidad, los cosas llegan. Pero esas cosas no son simples casualidades, son pistas, señales que Dios pone en el camino. Es difícil saber interpretar las señales. Seguido, Dios me ha sorprendido, Él a menudo se comunica conmigo, pero parece que su mensaje hacia mí es constante "cuando menos lo esperes". En muchas ocasiones estoy esperando que suceda algo, que simplemente no sucede. Pero derepente llegan grandes sorpresas, buenas o malas, ambas son necesarias. Dios se ha empeñado en provocarme un ataque.

A veces gira un mi cabeza una y otra vez una sola idea "¿porqué a mí?" Dios siempre me responde "Just wait a little" como aquella canción de La Novicia Rebelde que dice "just wait a year", espera un poco, espera. Parece que Dios me ha infundido una llama que no extingue, se llama esperanza. Yo pienso que Dios a todos nos da alguna virtud más fortalecida, a algunos los hace prudentes, otros les da mayor voluntad (definitivamente esa no me tocó a mí ji ji), en fin siempre he creído que a mí me dió la esperanza. Aunque a veces parezco todo lo contrario, una pesimista, pero por más que trato de dejar de creer, por más que trato de dejar de esperar, simplemente no puedo, continúo. Y ahora una de mis compañeras ha derramado café, lo cual es un error, y puedes ser un desastre ya que el café se derramó junto a la computadora; pero todos acuden a ayudarla a limpiar, ese pequeño error ha roto la rutina de la oficina y organizó un pequeño convivio.

Sí, tal vez piensen que hoy me levanté muy optimista, que hoy me levante con ganas de realizar un profundo análisis del destino, o será que hoy cumplo un año más de vida. Sea o no cierto todo lo anterior, la verdad es que hoy es otro día más en que no sucede lo que con tanta ansia espero. Hoy no ha sucedido lo que he esperado toda mi vida. Hoy, tampoco, es el día en que encuentro aquello que he buscado toda mi existencia. La razón por la que hoy simplemente soy feliz, a pesar de no tener eso que busco, es que mientras escribía estas líneas (que parecían convertirse en otro de mis dramas) me he dado cuenta de lo que tantas veces me he tenido que dar cuenta, de aquella idea que muchas personas nos borra la amnesia selectiva (el pesimismo): Dios tiene un plan, uno grande, que incluye todo, que va más allá de este día, que abarca toda el tiempo y todo el universo, Dios tiene un misterioso as bajo la manda que sacará, no cuando tú lo quieres y ni siquiera cuando lo estés buscando, lo sacará cuando tú lo merezcas y/o más lo necesites, Dios nos prepara porque sabe que aún no estamos listos, Dios aguarda la hora señalada, Dios acomoda algunas cosas en el camino, sin quitarte el derecho a elegir, Dios te va acomodando algunas sorpresas o pistas. A veces esas pistas son la ausencia de pistas, sin embargo no hay que preocuparse (esta bien, sólo un poquito). Hay que esperar auunque no sepas qué, tú espera, el tiempo en realidad no se mueve, somos nosotros los que avanzamos. Espera. Hoy es un día más en que Dios dice: "Sólo espera, que todo pasará cuando menos lo esperes".